La degradación del medio ambiente que en las últimas décadas ha experimentado nuestro planeta debido a la excesiva utilización de los recursos no renovables, como el petróleo, han hecho aumentar la preocupación de los individuos, empresas y países sobre esta problemática y se ha puesto de manifiesto la necesidad de cuidar nuestro entorno.

El elevado coste de la energía y los efectos que provoca el consumo energético en el cambio climático, fuerzan a todos los sectores de la sociedad a reflexionar sobre su propia situación frente a estos problemas. Asimismo, el continuo e intenso debate acerca del cambio climático está determinando una concienciación por parte de un sector del público, cada vez mayor, que busca un producto o servicio “verde”, respetuoso con el medio ambiente. Por esta razón, se hace necesario establecer sistemas y procesos que permitan mejorar la eficiencia energética y reducir costes, y que a la vez contribuyan a la disminución de las emisiones y del impacto ambiental asociado. La emisión de gases de efecto invernadero plantea a cualquier organización diferentes retos que no pueden pasarse por alto.